...Y sigo en clave gallega, que me encanta. Esta vez, con una tarta de Santiago.
Tengo unas cuantas recetas de este tipo, algunas procedentes de libros de cocina, otras que me han dado buenos amigos gallegos, asegurándome que se trata de LA tarta de Santiago, la mejor, la definitiva. Sin embargo, ésta es, sin duda, mi favorita, aunque no la he descubierto en Galicia, sino que me la dio hace años... ¡una amiga salmantina! Es cierto que otras recetas resultan muy buenas de sabor pero la razón por la que me quedo con ésta es que aúna varios aspectos que para mí son importantes: excelente sabor, textura muy agradable y composición dietéticamente más interesante que otras recetas del estilo, ya que lleva pocos huevos. Aún así, como todo dulce, no para todos los días y con moderación ;). Además, es facilísima y rapidísima de hacer. No da lugar a pensárselo dos veces.
El aspecto que presenta es un poco diferente del convencional, esto se debe a que he utilizado azúcar mascobado, que le da ese color morenito, una textura más húmeda y un sabor... un sabor para morirse de gusto. A diferencia de otras recetas, no lleva ningún aromatizante (canela, limón), pero veréis que no se echa de menos. Sin duda, este azúcar le da el toque especial que tiene. Con azúcar refinado no sería lo mismo.
Animaos a probar. No deja indiferente a nadie. Por cierto, la he hecho hoy para el postre y me han dicho los invitados que en la entrada del blog tenía que decir que, además de estar muy buena, no resulta en absoluto empalagosa. Quizás sea una obviedad, porque los que me seguís sabéis que no me gusta la repostería muy dulce ;)
INGREDIENTES: (Para un molde bajo de 22 cm de diámetro ó 4-5 personas)
- 200 gr de almendra molida
- 200 gr de azúcar mascobado
- 3 huevos
- azúcar glas (para decorar)
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 200º, con calor inferior y superior.
Se ponen los huevos en un bol y se mezclan pero sin batir.
Aparte, se mezclan la almendra y el azúcar y se juntan con los huevos. Se mezcla todo bien a mano, sin batir, y se vierte en un molde bajo previamente engrasado.
Hornear durante unos 20 minutos. Dejar enfriar y decorar con azúcar glas. Ya sabéis, lo tradicional es la cruz de Santiago pero también se puede dejar volar la imaginación y diseñar nuestras propias plantillas "ad hoc".
¡¡Que la disfrutéis tanto como nosotros!!
NOTA: Si queréis aseguraros de que no se os pegue y la podáis cortar con facilidad, podéis forrar el molde con unas 4 tiras de papel de horno, dejándolas unos 10 cm más largas que el diámetro del molde para que sobresalgan por encima de la tarta por ambos lados. Al final, cuando ya está la tarta fría, se pasa un cuchillo por el borde del molde y se tira con cuidado de ambos extremos de las tiras a la vez para desmoldar.
El azúcar mascobado hace que la masa sea más pegajosa y húmeda que con azúcar refinado, de ahí que pueda resultar un poco más complicado desmoldar las primeras veces, pero en seguida se le coge el truco.
Si queréis una plantilla de la cruz de Santiago, hay una estupenda para descargar en este blog, aparte de información exhaustiva sobre la Tarta de Santiago.
buenisisma, sin gluten y bien sana!!! te ha quedado de lujo.besos
ResponderEliminarSiendo gallega no puedo decir nada más sobre ella...sólo q la tuya se ve espectacular!!!!
ResponderEliminarBicos
Me encanta esta tarta.
ResponderEliminarUn saludito
Gracias por vuestros comentarios, me alegra que os haya gustado. Besos
ResponderEliminarBienvenida al blog, Elena, encantada de tenerte por aquí. Un abrazo.
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