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¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

jueves, 29 de agosto de 2013

Gofres Veganos de Limón y Semillas de Amapola (VG)


Hace unos meses decidí deshacerme de mi vieja gofrera manual que nunca había funcionado como es debido y me había producido muchas más decepciones que alegrías y reemplazarla por una eléctrica que me permitiera hacer gofres decentes. Hoy en día son mucho más fáciles de encontrar, así que en un establecimiento local pude comprar una que me convenció. Y no me ha defraudado en absoluto: es completamente antiadherente, aunque libre de Teflón, funciona de maravilla y resulta muy, muy fácil de limpiar :)) Vaya, nada que ver con la anterior.

Desde entonces, he estado probando varias recetas, intentado dar con el gofre ideal. Primero probé con la receta que viene con el manual para comprobar el funcionamiento de la máquina y salió estupenda, buenísima de sabor y con una textura perfecta... pero  las cantidades de azúcar, grasa y huevos que lleva la convertían nutricionalmente en una bomba. No pasa nada si se toma ocasionalmente, de acuerdo, pero si se puede encontrar una alternativa más saludable, mejor. Así que decidí empezar a experimentar: aceite de oliva en lugar de mantequilla, por supuesto, pero en mucha menos cantidad, menos huevos, incluso sólo claras, menos azúcar... Hasta llegar al gofre vegano, que estaba en mi horizonte y que por fin he conseguido. Actualmente mis favoritos son éste y otro no vegano pero que lleva muy poca cantidad de huevo, azúcar y aceite sin sacrificar ni sabor ni textura :)

Dependiendo de los ingredientes que utilicemos y de cómo utilicemos la gofrera, obtendremos distintas texturas, más o menos crujientes y más o menos esponjosas. Este gofre vegano resulta más bien esponjoso y tiene un delicado sabor a limón que lo hace delicioso.

Para tener éxito al hacer un gofre vegano me parece importante tener en cuenta algunas cosillas:

1) Aceitar muy bien la gofrera. Supongo que será por la falta de la grasa del huevo pero tienden a pegarse con más facilidad que los gofres no veganos. He probado muchas recetas no veganas y JAMÁS se me han pegado -incluso casi sin engrasar la máquina-, sin embargo, al principio los gofres veganos me daban problemas en este sentido.

2) Dejar reposar la masa en el frigorífico. Cuanto más reposada está, mejor salen los gofres.


3) Calcular bien la temperatura adecuada en la gofrera. Para los gofres no veganos yo utilizo la máxima temperatura de la máquina porque me gusta que queden bien doraditos. En cambio, con esta receta vegana es mejor utilizar una temperatura media que permita que el gofre se vaya haciendo más poco a poco para que quede bien hecho por dentro al tiempo que se va dorando por fuera y no se rompa por la mitad al abrir la gofrera. Con temperaturas más altas puede ocurrir esto, mientras que el exterior ya esté listo. Supongo que también tiene que ver con la falta del huevo para ligar la masa más rápidamente.

4) Una vez listo, sacarlo de la gofrera con mucha delicadeza, separando primero los bordes y luego levantando poco a poco el gofre con una espátula de madera. Recién hechos, resultan más frágiles que los no veganos, aunque luego no se nota diferencia.

Y ya, sin más, la receta... y ¡a disfrutar a tope!


INGREDIENTES: (Para 8-10 gofres) 

- 200 gr de harina integral de espelta (eco)
- 50 gr de harina de maíz (eco)
- 1 cucharada de Maizena (eco)
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 2 cucharadas de semillas de amapola
- ralladura de 1 limón (eco)

1/2 litro de leche vegetal natural, sin aromas, azúcar ni aditivos 
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 2 cucharadas de sirope de ágave
- 8 cucharadas de aceite de oliva (virgen extra)


ELABORACIÓN:

En un bol poner la leche y añadirle el zumo de limón, dejando reposar unos 5-10 minutos.

Mientras tanto, en otro bol se mezclan bien todos los ingredientes sólidos.

Al bol de la leche se le van añadiendo el resto de ingredientes líquidos, batiendo bien con las varillas para integrarlos. Añadir al bol de sólidos y mezclar con las varillas hasta obtener una masa homogénea. La consistencia es como para tortitas, más bien densa. Dejar reposar la masa en la nevera (espesará un poquitín más). Se puede dejar de un día para otro o incluso dos días, en un recipiente cerrado herméticamente. 

Cuando se vayan a hacer los gofres, conectar la máquina y seguir las instrucciones del fabricante. La mía tarda un rato en calentar, así que conviene tenerlo en cuenta para calcular bien los tiempos. 

Cuando la gofrera esté caliente -a temperatura media (3 de 5)- verter la masa en la gofrera sin llenar excesivamente (sólo que cubra el molde) y cerrar. Esperar unos minutos antes de abrir para evitar que se rompa por la mitad antes de que esté bien hecho por el centro (el tiempo dependerá de cada máquina, es cuestión de ir probando) y cuando veamos que está a nuestro gusto, lo sacamos con cuidado.

Se puede servir de mil maneras pero como esta receta tiene un sutil sabor a limón a mí me encanta simplemente con rapsodia (mermelada endulzada con zumo de frutas) de frutos rojos o de naranja y jengibre, que complementan sin enmascarar el sabor del gofre.


Cambiando las semillas y la ralladura por otros ingredientes podemos crear infinidad de variantes con la misma receta base (vainilla, ralladura de naranja, etc.; sustituyendo una pequeña parte de la harina por cacao podemos hacerlos de chocolate; incluso podemos hacerlos salados en lugar de dulces...). En fin, campo abierto a la imaginación y la creatividad :)

sábado, 24 de agosto de 2013

Empanada de Dulse y Tempeh (VG) / Mejillones

Empanada de Dulse y Mejillones
No, no me he equivocado de tecla al escribir. Esta empanada la hago con "dulse", un alga muy interesante desde el punto de vista nutritivo, ya que es el alimento con mayor concentración de hierro por 100 gr, por encima de la carne y otros. Además, tiene cantidades importantes de calcio, yodo y vitamina C.

Si se pica muy fina (después del tiempo de remojo), se puede agregar a multitud de platos en los que ni siquiera se encontrará y, sin embargo aportará un montón de nutrientes y un sabor muy rico.

Combina muy bien con platos a los que se les quiera dar un toque marino, ya que tiene un delicado sabor a mar (pescados, empanadas marineras, ensaladas de pasta o arroz...). Se puede utilizar en salteados pero conviene cocinarla muy ligeramente o añadirla casi al final si no queremos que se deshaga. En sopas, cremas, etc, no importa que cueza porque la textura no es un problema

En esta ocasión, la proteína del relleno la aportará el tempeh en la versión vegana o los mejillones en la omnívora. En el segundo caso cabe recordar que los moluscos absorben gran cantidad de tóxicos presentes en el mar, así que conviene consumirlos con moderación. Como el hierro de procedencia vegetal tiende a absorberse con mayor dificultad, complementamos la dulse con una buena cantidad de perejil picado, que nos aportará la vitamina C necesaria para ello.

La masa es una variante de la que ya tengo publicada en el blog. La combinación de espelta, maíz y centeno, inspirada en las masas gallegas tradicionales, resulta deliciosa para este tipo de empanadas con productos del mar.

En definitiva, os dejo con una empanada-"chute" de hierro muy sabrosa que sorprende y gusta mucho incluso a las personas no acostumbradas a consumir algas ;)

INGREDIENTES:

Masa:
 -  2 vasos de harina integral de espelta (eco)
 -  1 vaso de harina de maíz (eco)
 -  1 vaso de harina integral de centeno (eco)
 - 1 vaso escaso de aceite de oliva virgen extra
 - 1 vaso de leche vegetal natural (sin azúcar, aromas ni aditivos; mejor si es casera)
 -  1 chorro de vino blanco
 - Sal (según gusto)

Relleno:
 - 1 ½ kg de mejillones naturales (ó 300 gr de tempeh para la versión vegana)
 -  2 cebollas, picada en cubos pequeños
 -  1 pimiento verde, cortado igual que la cebolla
 -  3 dientes de ajo, picados fino
 -   1 cucharadita de moka de pimentón dulce
 -  1 hoja de laurel
 -   Un chorrín de tamari o sal al gusto
 -  Perejil picado
 -  Alga dulse*
 -  1 sobre de azafrán en polvo

* Las algas resultan un poco difíciles de cuantificar y dosificar. Para este plato yo utilizo una cantidad de alga lavada equivalente al tamaño de una pelota de ping-pong.

ELABORACIÓN

Masa:

Mezclar en un bol las harinas y la sal, añadir los líquidos y mezclar de nuevo. Amasar hasta que todo esté bien integrado (puede hacer falta ir añadiendo más harina poco a poco hasta conseguir el punto necesario) y dejar reposar la masa mientras se prepara el relleno. 

Relleno:

De Mejillones:

Lavar bien los mejillones bajo el grifo y arrancarles las “barbas”. Colocar en una cazuela con un fondo de agua (que apenas cubra la base) y el laurel. Tapar y dejar que vayan abriendo con el calor. Separar las cáscaras y reservar la carne y el líquido de cocción, filtrado.

De Tempeh:

Empezar cociendo el tempeh en agua (que lo cubra) con una hoja de laurel y 1 cucharada de tamari durante 15-20 minutos. Escurrir el tempeh, reservando el caldo y cortar en cubos de 1 cm. Reservar.

Lavar el alga bajo el grifo y dejar unos minutos (hasta que ablande) en un bol pequeño cubierta de agua.

Rehogar la cebolla en un poco de aceite con un chorrín de tamari o sal para que “sude”. Cuando esté un poco hecha, añadir el pimiento y rehogar también hasta que esté listo. A continuación, el ajo.

Añadir el pimentón y dar unas vueltas. Luego, el azafrán disuelto en un poco del agua de cocción y, finalmente el tempeh o los mejillones (cortados en dos o tres trozos), el alga dulse (escurrida y picada muy fina) y el perejil (picado muy fino). Dar unas vueltas y apartar del fuego. Dejar enfriar.

Precalentar el horno a 180º, con calor inferior y superior.

Estirar la masa y colocar la mitad sobre un molde barnizado con aceite. Rellenar, tapar con el resto de la masa y decorar al gusto. Hornear hasta que esté hecha y doradita (va a depender del tipo de horno, a mí me tarda unos 30-45 min.).

martes, 6 de agosto de 2013

Polo Cremoso de Chocolate (SG /VG)


Para ser sincera, he de decir que a mí los helados no me gustan. No me han gustado nunca, ni de niña... demasiado fríos para mi gusto. Ya lo sé, es atípico, casi todo el mundo los adora. Por eso, si en casa tenemos a alguien que no se puede resistir a ellos, la mejor opción siempre será hacerlos en casa con ingredientes de calidad y sin los "extras" de los industriales (conservantes, colorantes, aromatizantes y demás, que flaco favor hacen a nuestra salud). 

Esa es la razón por la que decidí empezar a hacerlos. Una de las versiones más sencillas es el tipo polo. Un sencillo zumo (de naranja, por ejemplo), nuestros licuados favoritos (el licuado de manzana, zanahoria y jengibre, sólo por mencionar uno que podéis encontrar en el blog) o un rico batido se pueden convertir en sabrosos polos de una calidad infinitamente superior a los comerciales de una forma muy sencilla y rápida.

Este de chocolate resulta estupendo. La textura, perfecta, se consigue con la leche de coco, que contiene la suficiente grasa como para darle cuerpo y cremosidad y el sabor con un cacao puro de buena calidad (eco siempre que sea posible). Como endulzante he utilizado sirope de ágave porque se disuelve mejor, la cantidad va a depender del gusto de cada uno. Para mí está fenomenal así, pero si sois muy golosos probablemente necesitaréis más.

INGREDIENTES: (Para 1/2 l. de crema)

- 400 ml de leche de coco
- 40 gr de cacao puro en polvo 
- 60 gr de sirope de ágave (unas 4 cucharadas soperas)


ELABORACIÓN:


Poner la leche en la batidora (yo utilizo la de vaso), añadir el cacao y el sirope. Batir hasta mezclar bien. Si se deja enfriar en la nevera en este punto tendremos un delicioso batido de chocolate.

Pero para hacer los polos, vertemos la mezcla en los moldes correspondientes y los metemos en el congelador hasta que se solidifiquen.



ACTUALIZACIÓN (24/08/13):

Con exactamente la misma receta, se puede hacer un riquísimo helado cremoso en heladera (la máquina para hacer helados caseros). Conviene que la crema esté muy fría, así que si la dejamos un buen rato en la nevera antes de usarla, el helado resultará mejor. Se pone a funcionar la máquina (previamente habremos dejado toda una noche el recipiente donde irá el helado en el congelador), se vierte la crema y se deja que se haga según las instrucciones del fabricante. Yo he utilizado una heladera sencilla de LIDL y el helado estaba listo en unos 20 minutos. 

Se ve que está terminado porque la consistencia es muy cremosa y densa y ofrece mayor resistencia a las palas de la heladera. La textura es suave, como se ve en la foto; si se quiere más consistente, se deja un rato en el congelador. A nosotros nos gusta mucho más así, recién sacado de la heladera y decorado al gusto (en este caso con un poco de crocanti de almendra). Francamente delicioso... y yo no soy de helados ;)