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¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Bollos Ingleses (Scones) de ¡Okara de Almendra! Especiados (VG)

¿Veis esa grieta a mitad del scone? Indica que ha subido mucho y rápido en el horno.
Buena señal ;)



Hoy ha hecho un día ideal, con un sol precioso, que rematamos con una merienda de lujo y un agradable paseo por la costa hasta que ya se puso el sol y, con pereza, decidimos volver a casa... Una suma de pequeños-grandes placeres...

Para mí los scones siempre son un lujo. Desde los más básicos (un día tengo que publicar la receta, que también merece la pena) hasta los menos habituales, todos me encantan. Y no sólo por lo gastronómico, sino también por los recuerdos de los tradicionales y deliciosos "cream teasbritánicos, sinónimos del "saber vivir". Porque los scones no son unos bollos más, tienen su ritual y aunque se tomen en España, en la intimidad de nuestra casa e incluso con café con leche vegetal y sin "clotted cream" (la nata tradicional en estos casos, que para mí ya es cosa del pasado) son todo un lujazo. Lo son. Y si no, hacedme caso y probad. Ya veréis.

En este caso, me han hecho especialmente feliz y es que ¡son de okara! ¡Y están de verdadero vicio! Tengo mucha okara congelada, ya que no me da tiempo a consumirla al mismo ritmo que hago leche y quería hacer algo con ella. Encontré en internet una receta (por cierto, he intentado enlazarla y no he podido, ya que ahora no encuentro el sitio), me pareció estupenda y decidí veganizarla y adaptarla a mis necesidades y gustos y el resultado ha sido buenísimo. Para esta cantidad de masa, he utilizado la okara de casi tres botellas de leche (de aprox. 1,3 l.), lo cual me permite consumirla a un ritmo más rápido y no acumularla :) La textura es PERFECTA (tenía dudas de si quedaría demasiado esponjosa o si les costaría levar, pero no, como se puede apreciar bien en las fotos) y la pimienta de Jamaica les da un sutil sabor que, combinado con la almendra de la okara y la panela de la superficie, resulta delicioso. Altamente recomendables.

Eso sí, antes de empezar, recomiendo leer detenidamente las anotaciones que hice en su momento en esta otra receta para conseguir unos scones perfectos. Aunque éstos son menos ortodoxos en cuanto a ingredientes, siguen los mismos principios básicos.


INGREDIENTES (Para unos 11-12 bollos)

- 260 gr de harina de espelta eco (he usado semi-integral)*
- 30 gr de panela en grano
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico (= 5 ml)
- 1/2 cucharadita de sal 
- ½ cucharadita de pimienta de Jamaica**
- 245 gr de okara de almendra***
- 1 cucharada (=15 ml) de semillas de lino molidas (en el molinillo de café o en el mortero)
- 3 cucharadas de agua
- ¼ cucharadita de leche de almendra (natural) ****
- 45 gr de aceite de oliva (v.e.)
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- 2 cucharadas de panela líquida*****


* Suelo utilizar harina integral de espelta pero hoy no tenía. Si se varía el tipo de harina hay que tenerlo en cuenta a la hora de añadir el líquido para equilibrar la masa.

** La pimienta de Jamaica no tiene sabor a "pimienta" sino más bien un aire a canela, clavo, jengibre y nuez moscada mezclados. Si no la encontráis fácilmente, podéis hacer vuestra propia combinación de estas especias o utilizar canela u otro aromatizante de vuestro gusto. Incluso sin nada, están buenísimos, los scones tradicionales no llevan ningún aroma, son de sabor neutro. 

*** He utilizado okara de almendra porque éste es el tipo de leche vegetal que hago con más frecuencia y tengo un verdadero arsenal de ésta pero también se podría hacer con la de soja. No sé qué resultados producirían (tengo serias dudas) las de avena o arroz, pues tienen una consistencia completamente diferente pero seguro que quedarían deliciosos con la de avellana, por ejemplo (me está apeteciendo probar) ;)

**** La cantidad de leche es meramente orientativa. Es probable que no necesitemos nada en absoluto, va a depender de lo húmeda que esté la okara y eso es imprevisible, ya que se hace a mano y varía de una vez a otra. 

*****Esto no es más que un bloque de 500 gr panela que se disuelve en un vaso de agua a fuego medio-bajo. El resultado es un líquido denso muy similar al caramelo pero con el maravilloso sabor de la panela. Se conserva, una vez frío, en frasco de cristal tapado herméticamente a temperatura ambiente y se puede utilizar como endulzante en los mismos casos en que se utilizaría miel, sirope de ágave, de frutas o melazas de cereales; la consistencia es la misma. Esta idea se la vi a Nihacc y es estupenda para los que utilizamos panela, ya que así la podemos usar en formato granulado o semi-líquido según nos interese en cada receta. Ofrece un montón de posibilidades. Además, a veces (al menos en mi zona) no siempre es fácil encontrar panela en grano pero siempre la hay en bloque ;)


ELABORACIÓN:

Empezaremos por precalentar el horno a 220º y preparar la bandeja del horno (engrasándola o cubriéndola de papel de hornear) o la alfombrilla de silicona.

En un bol pequeño se mezclan las semillas de lino y el agua, se revuelve bien y se deja reposar hasta que se forme un líquido viscoso (mientras preparamos la masa).

En un bol grande ponemos la harina, el azúcar, sal, bicarbonato y pimienta de Jamaica, mezclando bien. Añadimos el aceite y mezclamos con una cuchara de acero inoxidable lo más rápidamente que podamos hasta que parezcan migas gruesas. 

En otro bol combinamos la okara, las semillas con el agua y el vinagre (perdón, se me había olvidado mencionar cuándo había que añadir éste último, ¿me estaré haciendo mayor?). Lo añadimos a la mezcla de harina y mezclamos de nuevo rápidamente, procurando que se integren los ingredientes bien pero sin sobre-amasar. Si en este punto vemos que la masa está muy dura, añadiremos la leche en cantidades mínimas pero lo más probable es que no haga falta.

Espolvoreamos la superficie de trabajo con un poco de harina y ponemos encima la masa. La amasamos rápidamente con las manos y si vemos que está MUY pegajosa, le añadimos un poco más de harina, que integraremos procurando no manosear la masa mucho. Cuando ya se pueda manejar (aunque aún parezca un poco blanda) estará en su punto. La estiramos un poco con el rodillo sobre una ligera capa de harina y cortamos los bollos en círculos de 2 cm de altura (¡no menos! esto es esencial para que logren la altura necesaria en el horno).

Colocamos sobre la bandeja o silicona, pincelando la parte superior con una ligera capa de panela líquida y horneamos (en mi horno tardan 15 minutos).

Aquí no quedan ni las migas... 


En la foto se puede apreciar la textura de la miga, no se distingue de los tradicionales elaborados con lácteos 
(no sé si será aún mejor, sinceramente)


Se me había olvidado recordar que los scones no duran mucho tiempo frescos. Estos, además, debido a la panela que los recubre, tienden a ablandar un poco en la superficie según va pasando el tiempo. 

Recién hechos y dejándolos templar un poco, están buenísimos. Tradicionalmente se toman abiertos por la mitad y untados con mantequilla y mermelada o con mermelada y nata semimontada (a falta de la tradicional 'clotted cream'); yo simplemente con mermelada casera o con rapsodia de frutas (mermelada endulzada con zumo de frutas). 

En los dos o tres días siguientes a su elaboración, abrir, tostar ligeramente en el tostador y servir igual. Si no se van a consumir todos pronto (lo dudo), normalmente congelan muy bien (aunque con éstos no me ha dado tiempo a probar...). Se congelan en bolsas y se van descongelando los que se necesiten y una vez a temperatura ambiente, se tuestan y sirven como los frescos.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Galletitas de Manzana, Canela y Cardamomo (VG)



Desde que Lucía, de Dime qué Comes, publicó hace ya tiempo sus Galletas sin Mantequilla tenía pendiente probarlas. En casa no somos especialmente  galleteros pero por aquel entonces andaba yo experimentando con la galleta tipo cookie para aprovechar la okara de las leches vegetales y tenía mucha curiosidad por encontrar una variante de las clásicas recetas de galletas de mantequilla, moldeables pero con aceite,  evitando margarinas. Tenía alguna receta pero no era exactamente lo que buscaba. Justo entonces apareció Lucía con las suyas, como si me hubiese leído el pensamiento. Su receta era buenísima y las pautas que daba para hacer variantes a partir de una idea base no podían ser más claras. Una joya. Y un estímulo para la creatividad. Sin embargo, algo se debió cruzar en mi camino entonces pidiendo paso (otros platos más urgentes o las exigencias de la rutina diaria, no sé) porque tuvieron que esperar un poco para encontrar su hueco en mi cocina. Pero ahí seguían, de las primeras en la lista de “Pendientes”…

Hasta este fin de semana. El viernes una compañera de trabajo trajo unas galletitas eco de manzana que estaban buenísimas. Entre “Mmm…” y “Mmm…” nos cruzamos las miradas y le dije: “¡Esto hay que conseguirlo en casa!”. Miramos los ingredientes y nos pareció factible. Y entonces me acordé de la receta de Lucía y empecé a darle vueltas… Y esta vez sí que ya no pude esperar, por fin supe que les había llegado su momento.

El resultado son unas galletas perfectamente moldeables, de textura perfecta y un delicado sabor a manzana y especias. Me encanta el aroma del cardamomo (se consigue en algunos supermercados, herbolarios y tiendas eco o en los chinos que tienen productos de alimentación) pero si no lo encontráis, adelante, no es imprescindible. He hecho la receta vegana pero si se quiere hacer con huevo, habría que doblar las cantidades (excepto el bicarbonato y el vinagre, que yo en principio mantendría como están o incluso reduciría éste último a 1/2 cucharadita) y utilizar 1 huevo. 

Esta ha sido prueba conseguida, así que ahora estoy experimentando con la versión SG. La idea es hacerlas también veganas pero sin gomas. Cuando consiga algo que me parezca interesante compartir, lo haré, de momento toca experimentar un poco más ;)


INGREDIENTES: (Para 36 uds.)

-          - 62 gr de aceite de oliva (v.e.)
-          - 63 gr de zumo natural de manzana
-         -  50 gr de panela
-          - 260 gr de harina de espelta (he utilizado semi-integral)
-          - ½ cucharadita de bicarbonato
-          - 1 cucharada (=15 ml) de vinagre de manzana
-          - 2 pizcas de sal
-          - 1/8 cucharadita de canela en polvo
-         -  Las bayas de 2 vainas de cardamomo, molidas en el mortero (admite más)


ELABORACIÓN:

Poner en un bol el aceite, el zumo y el vinagre con la panela, batiendo hasta disolver completamente.

Aparte, mezclar la harina, sal, bicarbonato y especias. Una vez que está todo bien integrado, lo añadimos a la mezcla líquida y lo amasamos hasta integrarlo completamente y que resulte una masa homogénea (yo lo he hecho primero con una cuchara de madera y luego a mano). Se puede necesitar más o menos harina en esta fase según el tipo que utilicemos (cuanto menos integral, normalmente más se necesitará).

Formar una bola y dejar reposar en la nevera un rato para que coja consistencia (yo la he dejado una ½ hora).

Precalentar el horno a 180º, calor inferior y superior y preparar una bandeja de horno para cocer las galletas. (Yo utilizo una lámina de silicona (del LIDL); son muy prácticas: no hace falta engrasarlas, dan muy buenos resultados y son muy fáciles de limpiar y guardar. Si no, sirve perfectamente cubrir la bandeja de horno con papel de hornear. La opción de engrasar directamente la bandeja del horno también vale, aunque es la menos interesante: ensucia más y es más fácil que se pegue, es decir, da más trabajo).

Una vez transcurrido el tiempo de reposo, estirar la masa con el rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada y con un cortapastas ir cortando las galletas según gusto (yo las hice pequeñinas y cuadradas, de 3cm x 3cm y unos 7 mm de grosor aprox.). Según se vayan a utilizar se pueden decorar de distintas maneras. En este caso, simplemente les hice un dibujo sencillo con un tenedor.

Hornear hasta que estén hechas y algo doraditas (dependerá del horno y de la función que utilicemos), a mí me tardaron unos 20 minutos pero es necesario estar pendientes a partir de los 5 primeros minutos, al menos la primera vez, por si se nos pasan.