Páginas

¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

domingo, 21 de octubre de 2012

Patatas Acordeón (VG / SG)


Me encantan. Sencillamente, me encantan. No sé qué me gusta más: su sabor, su textura -crujiente por fuera, tierna por dentro- o su aspecto. Porque mira que son bonitas... 

Vale, su nombre oficial es "Patatas Hasselback", en honor al restaurante de Estocolmo que las sirvió por primera vez, hace ya algún tiempo, pero yo prefiero llamarlas "Patatas Acordeón", que me parece mucho más gráfico y sugerente.

INGREDIENTES: 

- 4 patatas medianas, de forma regular
- 1 diente de ajo, picado fino
- 2 cucharadas de aceite de oliva (virgen extra)

- 3 cucharadas de aceite de oliva (v.e.)
- 1 diente de ajo, en láminas
- 1/2  ó 1 cucharada de albahaca fresca, picada (según gusto)
- 1 sobre de azafrán

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 225º (calor inferior y superior).

Lavar y frotar a conciencia con un cepillo las patatas para eliminar todas las impurezas, ya que se comen con la piel (el contraste entre la piel crujiente y tostadita y la pulpa tierna es delicioso).

Colocar sobre una tabla de cortar y cortar en rodajas finas (de 1/2 cm) sin llegar hasta la base de la patata (parar como a 1 cm de ésta). 
 A continuación, sumergirlas en un bol con agua fría, varios cubitos de hielo y zumo de limón, lo cual favorecerá que luego se desplieguen como un acordeón al asar.

Colocar en una fuente de horno ligeramente engrasada.

Poner dos cucharadas de aceite a calentar suavemente en un cazo y echar el ajo. Dejar que se haga muy despacio sin que dore, colar y verter sobre las patatas. Hornear hasta que estén tiernas, lo cual dependerá totalmente del tamaño. Estas tardaron unos 25-35 minutos en mi horno. Se pueden pinchar con un palillo para comprobar el punto.



Mientras tanto, preparar una infusión de albahaca y azafrán. Para ello pondremos 2 cucharadas de aceite en un cazo a calentar suavemente, añadiremos el ajo en láminas y cuando esté dorado, lo sacaremos. Añadimos entonces el azafrán (si es en hebra, tostar previamente y machacar en el mortero) y la albahaca y dejamos reposar fuera del fuego mientras se hacen las patatas.

Cuando están listas, las colocamos en una bandeja de servir, las salamos, rociamos con la infusión de albahaca y las servimos inmediatamente. Francamente deliciosas...




miércoles, 17 de octubre de 2012

Gratinado Vegano (VG / SG)


Este es otro de los platos clásicos en casa, que lleva muchos años con nosotros y ha ido evolucionando al ritmo de nuestras necesidades y gustos. Simplemente nos encanta. Lo cierto es que no lo hago siempre de la misma manera, ya que varío con frecuencia las verduras y los condimentos que utilizo.

En un principio lo hacía con carne, ahora lo hago con soja texturizada. No lo preparo con mucha frecuencia porque no solemos comer muchos fritos y además no soy una incondicional de la soja texturizada, da muy buenos resultados pero es un producto procesado y como tal lo utilizo sólo de vez en cuando. Eso sí, cuando toca, no quedan ni las migas. Intuyo que podría quedar muy bien con seitán de espelta pero a mí me resulta muy difícil de conseguir y no es cuestión de hacer el pino cada vez que tenemos que preparar una comida.  

Sin más, paso a la receta, que creo que merece la pena compartir. A ver si os gusta tanto como a nosotros :)

INGREDIENTES: (Para 2-3 personas)
- 4 patatas grandes, peladas y cortadas en cubos de 1cm x 1cm aprox.
- 1 paquete pequeño de soja texturizada gruesa
- 1 cebolla pequeña
- 1 ajo puerro
- 1 diente de ajo, bien picado
- 1/2 pimiento rojo
- 1/2 pimiento verde
- 1 zanahoria, rallada
- perejil fresco, picado
- sal de hierbas (o sal, orégano, albahaca, romero, tomillo, mejorana, pimienta negra, tomate deshidratado, pimiento rojo deshidratado, ajo y cebolla), al gusto
- pimienta blanca, al gusto
- 1 cucharadita de moka de pimentón dulce S/G (yo he utilizado de La Vera)

- Bechamel hecha con leche de almendra, harina de arroz, sal, pimienta, nuez moscada y un poco de aceite.

- Almendra rallada para espolvorear y gratinar

ELABORACIÓN:

Poner la soja texturizada en remojo para que se hidrate, siguiendo las instrucciones del fabricante. 

Mientras tanto, salar las patatas e ir friendo la mitad (las haremos en dos tandas, para que no se enfríen). Han de quedar algo crujientes pero no doradas. Cuando están listas, las escurrimos sobre papel absorbente.
Mientras se hacen las patatas, lavamos y cortamos las verduras en cubos pequeños y rehogamos en una sartén con un poco de aceite añadiéndolas por este orden: la cebolla, el ajo puerro, los pimientos, el ajo, la zanahoria y el perejil. 

Cuando está medio rehogado ya, añadimos la soja, salpimentamos y rehogamos hasta que se haga ésta.

Cuando vemos que ya está cocinada, añadimos el pimentón, removemos un poco y separamos en seguida del fuego para que no se queme y coja mal sabor.

Queda con un aspecto muy apetitoso, que recuerda al picadillo (o zorza).

En una bandeja para horno colocamos la primera tanda de patatas fritas. La cubrimos con el rehogado de soja y verduras y terminamos con la segunda tanda de patatas fritas. 

Cubrimos todo con la bechamel (que habremos preparado mientras freíamos las patatas de la última capa y que será algo fluida, no espesa), espolvoreamos de almendra picada y llevamos a la bandeja superior del horno (190º, calor inferior y superior) hasta que la superficie esté gratinada y dorada.



Este es el aspecto que tiene recién salido del horno... Mmmm.



sábado, 13 de octubre de 2012

Pastelitos Vegetales (OV/SG) y Marineros (SG)

Pastelitos Marineros
Esto es, en realidad, dos variantes de la misma receta. En casa nos encanta pero cada uno tiene su preferida (yo la vegetariana, mi pareja la marinera). Lo bueno es que es tan sencilla de hacer que con la misma receta base se puede dar gusto a ambas tendencias a la vez y resulta estupenda como entrante para una celebración, ya que es muy sabrosa y tiene una presentación muy buena.

INGREDIENTES: (Para 8 pastelitos)

Para los Pastelitos Vegetales: 
- 1 cebolla pequeña
- 1 diente de ajo
- 1/2 zanahoria
- 1/2 pimiento verde
- 4 pimientos del Piquillo (en conserva)
- 2 huevos
- 200 ml de crema de anacardos para cocinar o nata líquida vegetal
- sal
- pimienta
- nuez moscada
- aceite de oliva (virgen extra)

Para los Pastelitos Marineros:
los mismos ingredientes de arriba, más
- eneldo seco, al gusto
- 16 gambas peladas

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 180º, con calor inferior y superior. Barnizar con aceite una bandeja para "muffins", unos moldes individuales de flan o incluso podrían servir unos de tartaletas un poco hondos. 

Lavar y cortar las verduras -excepto los pimientos del Piquillo- en trocinos pequeños y rehogar en una sartén con un poco de aceite. Cuando estén tiernas, añadir los pimientos y rehogar un pelín más. Reservar.

Para los pastelitos marineros, rehogar aparte las gambas en un poco de aceite.

En un bol mezclar los huevos con la nata y batir. Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada y mezclar con las verduras, removiendo bien. Si se quieren hacer los pastelitos marineros, agregar el eneldo y 8 gambas y mezclar.

Verter la masa en los moldes preparados (para los pastelitos marineros, decorar colocando una gamba sobre cada uno) y hornear hasta que estén dorados y hechos (en mi horno tardan unos 25 minutos).

Servir en cápsulas rizadas para magdalenas.

Pastelitos Marineros

miércoles, 10 de octubre de 2012

Combinado Vegetariano y dos Aliños: Provenzal y de Albahaca (VG, SG)

Combinado Vegetariano con Aliño de Albahaca
Este es un plato que me encanta para cenar y necesita poco tiempo de preparación. El tofu y el arroz integral aseguran un aporte de proteína de calidad y las ricas verduras de temporada, junto con las setas, hacen el resto para conseguir un plato único completo. A veces también le pongo algo de zanahoria rallada porque me gusta incluir algo crudo. 

Cualquiera de los dos dos aliños que propongo para esta ocasión producen un efecto de sabor estupendo, dándole una mayor personalidad al conjunto. El provenzal lo he llamado así porque lo hago con hierbas provenzales pero viene a ser un chumichurri, de sabor intenso, y está basado en una receta buenísima que me enseñó a hacer, hace ya unos cuantos años, mi querida amiga Isa. En aquella ocasión era para acompañar costillas asadas... Hace tiempo que decidí sustituir las costillas por otras cosas que me convencen más pero me pareció interesante rescatar el aliño y reinventarlo para darle un nuevo uso ;) El de albahaca resulta algo más suave. En cualquier caso, ambos deliciosos.

Plato combinado, sí, pero intentando que sea a un tiempo sabroso y saludable ;)


INGREDIENTES: (para 2 personas)
- 1/2 calabacín
- 1/2 berenjena pequeña
- 1/2 cebolla
- 4 setas
- 1/2 pimiento italiano
- 1 tomate
- 1/2 paquete de tofu (natural o ahumado)
- arroz integral hervido para acompañar (utilizo "basmati")


Estas son las verduras que he utilizado en esta ocasión, pero lo bueno es ir variándolas según las que estén de temporada. El tofu puede ser natural o ahumado; a mí me encanta el ahumado pero para este plato también queda muy bien natural porque coge con facilidad el sabor del aliño.

Aliño Provenzal:
- 1 cucharadita de romero seco
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 1 cucharadita de orégano seco
- 1 cucharadita de albahaca seca
- 1 diente de ajo, picado muy fino
- sal
- pimienta negra
- pimentón picante (opcional)
- vinagre (yo suelo utilizar de manzana)
- aceite de oliva virgen extra

Aliño de Albahaca:
Aliño de Albahaca
- 40 ml de aceite de oliva virgen extra
- albahaca fresca en hoja (el mismo volumen -no peso- que de aceite, aprox.)
- 1 diente de ajo
- pimienta
- sal de hierbas italiana (sal, orégano, pimiento rojo deshidratado, albahaca, pimienta negra, tomate deshidratado, ajo, cebolla, romero, tomillo y mejorana). En caso de no tenerlo, utilizar sal y alguna de estas hierbas -secas- al gusto u omitir las hierbas y dejar sólo la albahaca fresca.


ELABORACIÓN:

El primer paso consiste en hacer el aliño y dejarlo reposar para que se intensifique su sabor. En el caso del aliño provenzal, incluso está más rico si se prepara con unos cuantos días de antelación.

Aliño Provenzal
Aliño Provenzal:

En un tarro de cristal echar las hierbas, el ajo, las especias y una cucharadita de vinagre. Ir añadiendo aceite y removiendo hasta conseguir el punto de aroma que se busque. Siento no poder ser más específica en este punto pero lo cierto es que lo hago a ojo, o mejor dicho, a olfato, que es como me enseñaron a hacerlo a mí... añadiendo aceite y vinagre hasta conseguir la proporción que os guste. En casa no nos gusta mucho el vinagre, así que con muy poquitín ya nos llega. Remover bien, tapar, agitar y dejar reposar (cuanto más, mejor).


Aliño de Albahaca:

Calentar ligeramente el aceite en un cazo y retirarlo del fuego antes de que siquiera empiece a formar burbujas. Una vez que temple un poco, añadir la albahaca (picada), la sal de hierbas (o sal, en su defecto), la pimienta y el ajo, previamente machacado en el mortero.  Remover bien y dejar reposar para que se integren bien los sabores.

Una vez listos los aliños, se prepara el arroz. Cuando ya está haciéndose, pasamos a las verduras, cortándolas en rodajas más bien finas, como de 1/2 cm. El tomate conviene no dejarlo demasiado fino para que no se deshaga al cocinarlo.

Cuando el arroz ya casi esté listo, se pincela la plancha (o sartén de fondo grueso) con aceite y se van haciendo las verduras, por tandas, a la plancha. Finalmente, también el tofu, cortado en rodajas de 1/2 cm.

Se colocan las verduras en un plato o fuente junto con el tofu y el arroz, de guarnición. Al servir, se riega con el aliño que se haya escogido. 



jueves, 27 de septiembre de 2012

Coco Rallado (VG, SG)


Parece ser que el coco tiene interesantes propiedades cosméticas y nutricionales, aportando  minerales como hierro, calcio, fósforo, magnesio, potasio, así como vitamina E y fibra. 

El otro día, preparando leche de coco casera, me sorprendió la cantidad de productos que se obtiene de un simple coco y las múltiples posibilidades que ofrecen... Este es uno de ellos. 

Aparte de constituir un ingrediente estupendo para nuestra repostería, sin aditivos ni conservantes, también es la base de otras preparaciones, como la mantequilla de coco, que tengo intención de probar en breve. Y aunque no he tenido ocasión de probar aún, deduzco que con la pulpa húmeda se pueden hacer muchas de las cosas que hacemos con la okara de soja o almendra (galletas, bizcochos...). 

Y por si fuera poco, al deshidratarlo deja un olor delicioso en la cocina... ¿Alguien da más por tan poco?


INGREDIENTES: (Para unos 75 gr de coco rallado aprox.)
- 1 coco fresco
- 500 ml de agua

ELABORACIÓN:


Se prepara leche de coco según explico en esta receta. Al pasar la mezcla por el chino, se presiona con el almírez todo lo posible para extraer todo el líquido de la pulpa. 

Entonces se cubre la bandeja del horno con papel de hornear y se extiende sobre él la pulpa, aún húmeda, procurando que quede bien esparcida. 

Se calienta el horno a 100º y se mete la pulpa a deshidratar hasta que se vea que ya no retiene humedad. Cuanto más tiempo se tenga, más deshidratada estará y mejor se conservará. Yo la tuve aprox. una hora. A esta temperatura no se quema pero es conveniente ir vigilando a partir de los 20 minutos y removiendo para que se seque bien por todos lados. 

Una vez lista, sacar del horno, esperar a que enfríe y guardar en tarro hermético. 




miércoles, 29 de agosto de 2012

Quiche Espiral de Mil Colores (OV)


La tenía que hacer. Lo supe en cuanto la vi. Me hipnotizó la vistosa espiral de color. No fue de esas cosas que sabes que harás pero tienes que encontrar el momento. No, esto tenía que ser ya, me moría de curiosidad por ver cómo resultaba. 

Resulta un poco más laboriosa que otras quiches, la espiral es la espiral... pero compensa la dedicación. 

Para la quiche he utilizado básicamente la base y el relleno habituales, he tomado la idea de la espiral usando las verduras que tenía a mano en casa en ese momento y que pudieran ser lo suficientemente maleables y decidí hacer el borde exterior con champis, para darle una textura y un sabor que contrastaran con las verduras centrales. Un acierto. Ideal para una comida de fiesta, para recibir invitados... o simplemente para disfrutar en casa cualquier día que se pueda disponer de un poco más de tiempo.

INGREDIENTES: (Para un molde redondo de 25 cm)

- Una base de quiche

- 1 calabacín mediano
- 2 zanahorias hermosas
- 1 tarro de pimientos del Piquillo ( 200 gr)
- 8 champiñones, cortados en láminas
- 1 diente de ajo
- 3 huevos 
- 200 ml de crema de anacardos para cocinar (o nata vegetal líquida)
- sal
- pimienta
- nuez moscada
- hierbas al gusto o sal de hierbas*

Yo he utilizado una sal de hierbas que contiene sal, orégano, pimiento rojo deshidratado, albahaca, pimienta negra, tomate deshidratado, ajo, cebolla, romero, tomillo y mejorana. 

ELABORACIÓN:

Al preparar la base de la quiche, añadirle un toque de sal de hierbas o de hierbas. Dejar reposar la bola de masa mientras se prepara el relleno, que lleva un ratín. Preparar el molde, aceitándolo un poco y precalentar el horno a 200º.

El primer paso consiste en preparar las verduras. Una vez bien lavadas, se corta el calabacín  (sin pelar) y la zanahoria (pelada) en láminas finas longitudinalmente. Para hacerlo yo utilicé el pelapatatas, ya que de lo finas que salgan dependerá en gran medida la facilidad con que podamos modelar la espiral. El pimiento lo cortamos en tiras lo más largas posible del mismo ancho que las láminas de calabacín y zanahoria.

Rehogamos el ajo en una sartén y añadimos los champis hasta que estén medio cocinados, reservándolos a continuación.

Para formar la espiral, que es la parte más laboriosa de esta receta, yo decidí hacerlo sobre la tabla de cortar las verduras para evitar que se me deformase si lo hacía directamente en el molde, sobre la crema. Empecé por el centro con pimiento, luego calabacín y a continuación, zanahoria. El comienzo es más difícil porque tiende a desarmarse pero una vez que tenemos varios círculos concéntricos, el calabacín actúa como armazón, adhiriéndose con facilidad al resto. La idea es ir formando un círculo de cada verdura, solapando láminas según se va ensanchando el diámetro. Como el pimiento tiene un sabor más dominante que el resto de verduras, en alguna de las vueltas lo omití. 


Una vez completada la espiral, estiramos la masa de la base y la colocamos en el molde. Preparamos la crema del relleno batiendo los huevos con la crema de anacardos y condimentando con sal, pimienta y nuez moscada. A continuación vertemos la crema sobre la base y colocamos la espiral de verduras encima. Para mí la forma más cómoda y segura de hacerlo es pasando por debajo una espátula de pastelería y una pala de servir el pescado para ayudarme. 

Una vez colocada la espiral, en el hueco que queda alrededor, se van colocando los champis rehogados. Si gusta, se puede espolvorear con un toque de sal de hierbas (o sólo hierbas).

Se deja en el horno unos 40 minutos, hasta que se vea doradita y hecha. El resultado no sólo es muy llamativo a la vista, sino también nutritivo, sano... y muy rico :)


La idea para esta receta está tomada de ésta de El Periódico

domingo, 26 de agosto de 2012

Requesón Alternativo (VG, SG)


Siguiendo la línea de platos que he hecho últimamente con coco hoy traigo un postre que bien puede sustituir al tradicional requesón, pues aunque no tiene el sabor a lácteo del mismo, no se echa de menos, está buenísimo, resulta más ligero y con una textura muy similar, suave, cremosa, de lo más apetecible...

La base de esta crema son los anacardos. Es una crema muy conocida en la cocina vegana que admite muchas posibilidades, simplemente con pequeñas variaciones:

- Crema líquida para cocinar: Basta con aumentar la proporción de agua hasta sobrepasar en 1,5 cm aprox. el volumen de anacardos. Si se quiere más líquida, ir añadiendo agua al gusto. Se puede utilizar en salsas que tradicionalmente lleven nata, en quiches, etc. Es una excelente alternativa a las natas vegetales compradas, nutritiva y mucho más natural, sin ningún tipo de aditivos ni conservantes y con un sabor muy neutro que se adapta perfectamente a una gran variedad de platos. Además, el anacardo aporta la suficiente grasa para garantizar la textura adecuada. 

- Yogur: Poner la crema en los vasitos de la yogurtera y ponerla en funcionamiento según las instrucciones o, sin yogurtera, envolver los vasitos (u otro recipiente de cristal) en una toalla y mantener a unos 40º en un lugar al abrigo de corrientes (cerca de un radiador o del horno). Esto se lo vi a Zuzi hace ya bastante tiempo. A partir del yogur también se puede hacer queso de untar, como también explica Zuzi aquí.

- Crema para postre: Se puede combinar con frutas, aromatizar con vainilla, etc. Los chicos de Dimensión Vegana tienen una crema similar con nueces y melocotones que resulta buenísima.

... Y algunas otras ideas que se me han ido ocurriendo pero que aún no he probado.

En la receta de hoy utilicé el agua de coco para aromatizar. Si se utiliza simplemente agua, probablemente hará falta algún otro aromatizante.

INGREDIENTES: (Para 2 personas)

- 125 gr de anacardos
- agua de coco (ver aquí cómo obtenerla) o agua filtrada
- 2 cucharadas de azúcar moreno (panela)
- miel (yo he puesto una suave y aromática, de azahar) al gusto

ELABORACIÓN:

Poner los anacardos en un bol, cubrir de agua y dejar en remojo toda la noche. Al día siguiente, escurrir, aclarar y colocar en la batidora de vaso. Cubrir con agua de coco sin sobrepasar el volumen de anacardos.
Batir hasta conseguir una consistencia suave y cremosa, un pelín densa. 

Añadir el azúcar y volver a batir. Probar el punto de azúcar hasta que esté a nuestro gusto (nosotros somos cada vez menos golosos, así que es posible que para algunos resulte poco dulce). Reservar en la nevera hasta el momento de servir, bien tapado.

Para servirlo al más puro estilo tradicional asturiano, utilizar cazuelinas individuales de barro y decorar con miel al gusto. Para los veganos, omitir la miel o sustituir por canela en polvo.

Aquí se puede apreciar la textura, muy cremosa

jueves, 23 de agosto de 2012

¡Al Rico Coco! (VG, SG)

Coco Rallado, Agua de Coco y Leche de Coco
Aquí estamos de nuevo, después de este parón vacacional en el blog con el que no contaba. No, no os había avisado porque pensaba seguir publicando en verano, tenía muchos proyectos pendientes y muchas ganas, y en los últimos meses apenas había podido dedicarle atención por el trabajo, pero lo cierto es que una planea pero luego la vida a veces nos lleva por otro camino.

Pero vamos al grano...

Una de las cosas que he estado haciendo últimamente es leche de coco. Los que me seguís sabéis que es la base de la nata montada que utilizo pero tenía una pega, la que hay en los súpers locales lleva bastantes aditivos y conservantes. La hay natural y ecológica pero yo no la consigo aquí y cuando -ocasionalmente- aparece alguna es carísima. En fin, que llevaba yo tiempo dándole vueltas a la historia cuando vi que los chicos de Dimensión Vegana explicaban cómo hacer leche de coco... y me animé. 

Los que sois de países tropicales pensaréis que es una bobada pero los cocos, esos frutos deliciosos pero herméticamente peludos, intimidan a los no iniciados. Sí. Os lo prometo. De entrada, uno no sabe cómo enfrentarse a ellos. Por esa razón, antes de entrar en materia explico detalladamente cómo hacerlo, por si acaso alguien tiene las mismas dudas que tenía yo.

Y finalmente, antes de dejaros con la receta tengo que decir que me he quedado boquiabierta con lo que da de sí un simple coco: aparte de 1/2 litro de leche con su grasa (para hacer la nata), he obtenido unos 200 ml de agua de coco, y 70 gr de coco rallado. Un montón de materia prima para preparar muchas cosas ricas que irán apareciendo en el blog próximamente.

Y vosotr@s, ¿Qué cosas ricas preparáis con coco?

INGREDIENTES:

- 1 coco fresco

UTENSILIOS RECOMENDADOS:

- un destornillador de estrella bien limpio
- un martillo

PROCEDIMIENTO:

Foto tomada de internet
Lo primero que haremos será agujerear el coco para sacarle el agua. Para ello buscamos en una de las bases los tres "ojos" que tiene y palpamos para ver cuál está más blandito al tacto. Colocamos el destornillador sobre éste y golpeamos con el martillo hasta perforar el agujero. Buscamos otro "ojo" más o menos blandito y repetimos la operación. Entonces volcamos el coco sobre una jarra o vaso y dejamos que suelte toda el agua que tiene. La reservamos en la nevera, pues con ella podemos hacer muchas cosas ricas (publicaré una receta en breve).


Foto tomada de internet
A continuación toca abrir el coco. Para ello, con el coco en una mano (mejor que apoyado en la encimera) vamos dando golpes secos, no demasiado fuertes, en todo el perímetro del coco. Se trata de ir haciendo que se resquebraje él solito poco a poco, no de destrozarlo de un mazazo. Una vez que está todo el perímetro agrietado, ya sólo es cuestión de separar las dos partes.

El siguiente paso es quitarle la corteza dura (puede ser bastante fácil ya en este punto) y la pielecilla marrón que lo recubre por dentro. Esto se puede hacer de distintas maneras, pero una fácil y segura es colocar el coco en la bandeja del horno y dejarlo 30 minutos a 180º, vigilando para que no se vaya a dorar. Se saca, se deja enfriar un poco y se quita la corteza con las manos y la piel con un cuchillo afilado o, mejor, con el pelapatatas.

Y ahora ya tenemos la pulpa de coco lista para usar... cruda, en batidos, etc. Yo tenía interés en hacer leche de coco, ésta es la manera.


LECHE DE COCO (Para aprox. 1/2 litro)

- La pulpa de un coco cortada en cubos
- 500 ml de agua filtrada, hirviendo


Se ponen el coco y el agua en la batidora de vaso y se procesan hasta que la pulpa resulte lo más fina posible. 

Se pasa por el chino (o por un colador de tela o un paño muy limpio), apretando bien con el almírez para extraer todo el líquido...

Y ¡Ya está! La pulpa la reservamos para la siguiente receta y ahora disfrutamos de una deliciosa leche de coco fresca...

Al enfriar en la nevera, se va formando en la parte superior una capa de grasa. Si se deja toda la noche, se puede separar del agua y montar para hacer la nata montada de coco.






viernes, 6 de julio de 2012

Garbanzos Guisados con Picada de Almendras (OV, SG)

Tenía ganas de un plato a base de garbanzos pero me apetecía hacer uno nuevo, que no hubiésemos probado todavía, así que me he puesto a buscar inspiración entre mis libros de cocina y me he encontrado con esta idea, que me ha parecido perfecta para la ocasión. 

En esta época del año ya no apetecen grandes guisos pero, seamos sinceros, el tiempo por este norte nuestro tampoco es que nos lleve a hacer ascos a platos calientes -en concreto hoy tenemos un día de julio gris, lloviznoso y fresco (entiéndase que lo que por estos lares llamamos fresco muchos lo consideran directamente frío)- así que mis garbanzos guisaditos con picada han resultado ideales. 

Es un plato vegetariano pero no por ello sin proteína, y de calidad, aportada por la combinación de la legumbre con las almendras de la picada. Por su parte, el alga kombu le proporciona una interesante variedad de minerales, a la vez que, junto con el comino, hace que resulte más digestivo. Sabroso, sano y nutritivo :)

INGREDIENTES: (Para 4 personas)

- 600 gr de garbanzos
- 1/2 cebolleta o cebolla
- 1 hoja de laurel
- un poco de comino en polvo
- una tira de alga kombu
- sal

Para la salsa de tomate casera:
- 1 cebolla, picada
- 3 tomates, pelados y cortados en dados
- 1 diente de ajo picado
- un chorro de vino blanco
- sal
- pimienta
- una pizca de azúcar (para corregir la acidez natural del tomate)
- perejil, picado

Para la picada de almendras:
- 2 dientes de ajo
- 25 gr de almendras enteras, peladas
- un sobre de azafrán en polvo
- perejil
- sal
- pimienta

- 2 huevos cocidos (opcionales)

ELABORACIÓN:


Cocer los garbanzos en agua caliente que los cubra (lo cual hará que no suelten la piel), junto con la cebolla, el laurel, el comino, el alga kombu y la sal. El tiempo de cocción depende muchísimo de la calidad de los garbanzos y el tipo de agua que se utilice. Yo he utilizado garbanzos ecológicos de Castilla y León en agua más bien blanda, filtrada y los he cocido en olla rápida durante 20 minutos. 

Mientras tanto, vamos preparando la picada y la salsa de tomate. Para ello, lo primero es tostar las almendras en el horno hasta que doren un poco.

En una sartén con un poco de aceite, rehogamos la cebolla. Cuando esté transparente agregamos el tomate, salpimentamos, añadimos el azúcar y dejamos que se haga. Cuando está a medio hacer, incorporamos el ajo y perejil, que habremos machacado en el mortero y desleído con el vino blanco y terminamos de cocer. Una vez lista, podemos pasarla por la batidora o dejarla tal cual.

Por otro lado, cuando las almendras ya se hayan tostado, las machacamos en el mortero hasta reducirlas a un polvo grueso. Entonces añadimos el ajo, el perejil, la sal, la pimienta y el azafrán y mezclamos bien.

Cuando los garbanzos estén cocidos, se escurren (reservando el líquido de cocción, que estará cargadito de nutrientes). Se pasan a una cazuela de barro, se añade la salsa de tomate   al gusto y un cacillo del caldo de cocción (a nosotros nos gustan poco caldosos, si a vosotros os pasa lo contrario, es cuestión de añadir más caldo y salsa) y se deja cocer todo, despacio, unos minutos. Se agrega la picada, se continúa cociendo un poco más para que se integren bien todos los sabores y se sirve caliente y, si se quiere, decorado con cuartos de huevo cocido.




Receta adaptada de "La Gran Cocina Paso a Paso" de Ed. Rueda.