Soy consciente de que no descubro la pólvora con esta receta. Todo el mundo ha oído, al menos, hablar de los brownies, de origen americano y delicioso sabor a chocolate... Muchos los habréis probado en alguna ocasión, otros tantos los habréis hecho en casa y otros más seguro que ya sois adictos a ellos... Lo sé. Además, en la red se pueden encontrar miles de recetas similares a ésta, no es especialmente novedosa. Lo sé también. Pero la quería compartir con vosotros porque me gusta mucho. La llevo haciendo unos cuantos años ya, lo cual significa que ha ido evolucionando conmigo, como tantas otras, para adaptarse a mi situación... sin perder ni un ápice de su encanto.
Los brownies son una especie de bizcocho no muy alto que se sirve normalmente cortado en porciones cuadradas, de intenso sabor a chocolate y una característica textura húmeda. A veces se suele cubrir de un glaseado, normalmente también de chocolate, pero como a mí no me gustan las cosas demasiado dulces, nunca se lo pongo, me parece perfecto así.
Para conseguir la textura húmeda que le caracteriza me parecen esenciales dos cosas: elegir el molde adecuado y calcular muy bien el tiempo de cocción. Parece de perogrullo porque esto se podría decir de los bizcochos en general pero es especialmente el caso para los brownies.
A mí me gusta utilizar moldes de Pyrex (son mis favoritos para los bizcochos en general) rectangulares y no demasiado altos: me permiten ver cómo va la masa en el horno y conseguir un resultado de la altura adecuada (unos 2,5-3 cm). Respecto al punto de cocción no tengo truco, sólo la experiencia. Hay que estar muy atent@ porque enseguida pasa de ser un delicioso brownie a convertirse en un rico bizcocho, esponjoso pero seco. La clásica prueba de la aguja no sirve de mucho: si sale limpia ya te has pasado... Yo suelo fijarme en el momento en que la masa empieza a despegarse del molde, la superficie se ve hecha pero por dentro aún conserva cierta humedad.
INGREDIENTES: (para un molde rectangular de 22x35cm: salen unos 20 brownies)
- 120 ml de aceite de oliva (virgen extra)
- 400 gr de azúcar integral de caña (utilicé mascobado)
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 4 huevos
- 150 gr de harina de arroz (integral y eco)
- 100 gr de cacao en polvo (SG, sin azúcares ni aditivos)
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal
- 110 gr de nueces, picadas
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 180º (con calor inferior y superior).
Mezclar en un bol la harina, el cacao, la sal y el bicarbonato.
Aparte, en otro bol, batir los huevos con el azúcar. Añadir la vainilla y el aceite y batir de nuevo. A continuación, agregar la mezcla del bol de la harina y seguir batiendo. Finalmente, incorporar las nueces.
Verter la masa en un molde engrasado y cocer hasta que esté en su punto (en mi horno tardó unos 25 minutos pero es mejor estar pendiente a partir del cuarto de hora).
![]() |
¡Que los disfrutéis! |