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¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

martes, 17 de mayo de 2011

Puntos de Vista...


Hoy no comparto receta, sino anécdota personal y una pequeña reflexión.

Hace unas semanas tuve una revisión médica con mi internista. El proceso hasta llegar a esa cita no fue fácil pero, como diría Michael Ende, “ésa es otra historia y merecería ser contada en otra ocasión”.

El caso es que durante la consulta, mi médico, muy maja por otro lado, me dejó boquiabierta al mostrarse sorprendida de que siga mi dieta a rajatabla. Debo de ser un poco torpe porque no lo puedo entender. Si tengo un problema y sé cómo contribuir a solucionarlo, no puedo menos que hacer lo que esté en mi mano para sentirme bien. Lo que me resulta perjudicial simplemente ni me apetece. De momento, ni tengo tendencias autodestructivas ni soy masoquista. Así de sencillo.

Luego, al mirar los resultados de mi test de intolerancias alimentarias me dijo, fijándose en los ítems que habían dado positivo en su momento: “…es que tienes una alimentación muy limitada…”. La verdad, sólo me faltó mirar hacia atrás para ver si había entrado alguien y se estaba dirigiendo a otra persona... ¿Alimentación limitada? ¿Quién? ¿Yo? 


A ver, vale que cuando salgo de viaje y no dependo de mí misma me tengo que organizar muy bien para asegurarme de que voy a poder alimentarme como es debido (especialmente en el desayuno, ya que sólo pensar en empezar el día con un triste café solo o un zumo, sin más, hace que me desmaye de inanición) y que cuando como fuera la situación no siempre es ideal y mis opciones quedan frecuentemente limitadas a una ensalada mixta de primero, un pescado a la plancha de segundo y melocotón en almíbar de postre, en el mejor de los casos. Hasta ahí, de acuerdo. Pero eso es una mínima parte del total de mis comidas, ya que tengo la suerte de poder comer habitualmente en casa y, por tanto, de todo: desde una inmensa variedad de entrantes hasta prácticamente cualquier postre. Es más, no tengo carencias de ninguna clase, ni desde un punto de vista clínico (calcio, por ejemplo), ni subjetivo (sensación de que me apetece algo que no puedo comer). Digo yo que eso será porque mi alimentación es variada y equilibrada… ¡Porque con lo que disfruto con la comida, como mi dieta fuese pobre o "triste" no lo llevaría nada bien!

Seamos objetivos.

1)   El prescindir del trigo y sus derivados no es para tanto. Hay otros cereales que ya conocía y consumía (centeno, maíz) o que he descubierto a partir de esta situación (espelta, avena, mijo), así como legumbres (soja, garbanzo), frutos (almendra, avellana) u otros (quinoa) que dan unas harinas muy sabrosas e interesantes y, en muchos casos, muy superiores a la de trigo. J

2)    El asunto de los lácteos puede parecer más serio y, de hecho, a mí me costó un poco al principio, pues consumía muchos y de todo tipo y me encanta la repostería casera, que en un 90% de los casos lleva este tipo de ingrediente. Ahora los tengo todos prohibidos, incluso el kéfir y el bífidus. Pero ni siquiera eso es para morirse. Gracias a esta situación he conocido las leches vegetales (soja, avena, arroz, almendra...) y sus derivados, campo que me ofrece un sinfín de posibilidades mucho más saludables que los de origen animal y en el que aún estoy empezando a experimentar. Vamos a ver, en el mundo hay millares de veganos que no consumen lácteos por opción personal… ¡y tan sanos y felices, con su repostería y todo! Por cierto, de ellos (y de la cocina vegetariana en general) he aprendido infinidad de cosas en todo este tiempo. Es más, con frecuencia me planteo que, incluso aunque un día pudiera volver a tomar lácteos, posiblemente no lo haría porque ahora conozco otras opciones que me convencen más...

3)  Y ¿Qué me decís de las levaduras? Ese sí que ha sido mi caballo de batalla, empezando por algo tan básico en nuestra cultura gastronómica como el pan para continuar con otros productos de repostería que llevan masas con levadura. Porque la cocina me apasiona y no me gusta que me pongan barreras a la creatividad… Pues tampoco pasa nada, porque la dificultad me ha servido de estímulo para buscar alternativas que me permitan disfrutar de aquellas cosas que me gustan de forma más saludable para mí.

Resumiendo, que lo que mi médico ve como grandísima limitación yo lo entiendo como posibilidad, estímulo a la creatividad y desafío. En absoluto disfruto menos de mi comida ahora que antes. Más bien al contrario, mi repertorio de ingredientes, platos y técnicas, lejos de empobrecerse, se ha enriquecido muchísimo, haciendo que mi dieta sea enormemente variada. Y, además, ¡me encuentro tan bien! :) 

Un rato después de la consulta, comentándolo con una de mis mejores amigas, enfermera de profesión, me decía entre carcajadas: “Tenías que haberle dado la dirección de un blog que yo me sé para que viese lo limitadísima que es tu dieta”. Y así terminamos riéndonos las dos un rato, poniéndole su dosis de humor al asunto.

Y es que lo que me hizo pensar esta experiencia es que, parafraseando el viejo dicho… “la limitación (como la belleza) está en el ojo del que la mira”.  



NOTA DE AGRADECIMIENTO: Las fotos que acompañan esta entrada me las ha cedido generosamente mi amigo Manuel Casadiego, cuyo blog -por cierto, llamado Puntos de Vista- contiene muchas más, a cual más hermosa, fruto de su sensible y artística mirada, y otras cosas interesantes... Como siempre, GRACIAS.

10 comentarios:

  1. Tu médico lo que quería era reñirte por no seguir sus indicaciones. La dejaste desarmada gracias a tu voluntad. Pues claro que tienes recursos de sobra para adaptarte a lo que sea.
    Gracias por el enlace.
    Besos.

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  2. Gracias a ti, por estar siempre ahí, apoyando y animando. Lo bueno es que TODOS tenemos recursos de sobra para adaptarnos a las circunstancias cambiantes de la vida... y sacarle jugo (¡Qué te voy a contar yo a ti!)¡Y eso precisamente es lo que la hace estimulante e interesante! Besos

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  3. Tú intolerancia hoy no es problema... vaya médica... por lo que veo sabe muy poquito de alternativas.
    Imaginate personas que aparte de tú intolerancia, tampoco toman carne, ni refinados de nada, ni azúcares... a tu médica la da algo jajaja ;)
    Un saludito

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  4. Ja, ja, ja, Mijú... ¡Qué razón tienes! Y eso que no le dije que de lo que puedo comer hay cosas de las que prácticamente he prescindido por opción... ;) Oye, y esos que tú dices, estarán fatal de salud, ¿eh? porque les faltan todos los nutrientes ;)) Besos

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  5. Pues a mí me tienes alucinada, ya quisieran muchos tener una dieta la mitad de variada que la tuya, con una cocina cuidada y mimada desde la materia prima a su elaboración. Más que una renuncia yo veo que has descubierto un mundo de nuevas posibilidades al que otros ni nos acercamos, así que no restas sumas. ¡¡Basta un vistazo al blog o unos minutos de chapurreo gastronómico por los pasillos para darse cuenta!! ¡Buen fin de semana!

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  6. In Cucina: ¡¡Gracias!! En mi experiencia, a pesar de las dificultades -que, sin duda, las hay- donde se cierra una puerta, si miras bien se abren otras... :) Besos y buen "finde" tú también.

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  7. Ojalá todas las personas con alergias o intolerancias tuvieran tu actitud! la médica es normal que se sorprenda, a un porcentaje muy muy alto de la población les quitas el trigo y los lácteos y de verdad que no se les ocure que comer, se les hace una montaña y lo ven como algo dramático.
    Los que se lo toman como tu, sois por desgracia la excepción. Así que mi enhorabuena!

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  8. ¡Muchas gracias, Lucía, por tus palabras! No te puedes imaginar la alegría que me da verte por aquí. Descubrí tu blog hace poco y me parece que hace una labor de divulgación increíble. Lo he enlazado en éste porque creo que se alegrarán de conocerlo las personas con inquietudes similares.
    Un abrazo

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  9. Ante las dificultades no todas las personas reaccionamos de la misma forma.
    Las hay que dedican toda su energía a lamentarse y compadecerse y también quienes enfocan esa energía en trazar otros caminos.

    Sin duda que la segunda opción es la más complicada, pero también la más gratificante puesto que cada pequeño logro hace dar un paso más en el camino.

    Tal vez no puedas contar con algunos ingredientes en la cocina, pero el pequeño espacio que estos ocupan has sabido rellenarlo con opciones mucho más grandes, creativas e interesantes.

    Quizás, en la próxima consulta con tu médico deberías tú recordarle la infinidad de posibilidades que se está perdiendo ;-)


    Un abrazo,
    Raquel

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  10. Gracias, Raquel, por tu cariñoso comentario. Sí, ésa es la sensación que me acompaña desde hace tiempo: que, curiosamente, las opciones que se me han abierto son infinitamente mayores y me han ido conduciendo a una alimentación más consciente y saludable que las que se me han cerrado. :)
    Un abrazo

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