Con esta receta participo en el evento culinario HEMC #52
La base de pizza que aquí publico tiene un poco de historia. Fue la primera que aprendí a hacer, hace ya unos… cuantos años (¡hay que ver cómo pasa el tiempo!). Por aquel entonces, yo era una universitaria y empezaba a hacer mis pinitos en la cocina. La utilicé durante un tiempo (¡era tan fácil!), pero luego empecé a probar con otras recetas que necesitaban que la masa levara. El proceso de levado tiene un no-se-qué de magia en la cocina que me encanta y abandoné la receta de mis comienzos por otras que fui descubriendo y que en mi familia gustaban mucho. Hasta que tuve que eliminar las levaduras de mi dieta y repensar mis pizzas. Tras unas cuantas pruebas, con resultados diversos, un buen día me acordé de mi pizza universitaria y me propuse experimentar con ella para adaptarla a mi nueva dieta. Este es el resultado, una pizza crujiente y muy sabrosa.
Tengo que admitir que, normalmente, no soy muy imaginativa con las coberturas de pizza, quizás porque es un plato que suelo preparar cuando no tengo mucho tiempo o no tengo la cena prevista. Hoy he intentado hacer algo diferente con productos que tenía a mano: tomates, champiñones y pimientos del Piquillo.
Para terminar, suelo rociar las pizzas con un hilo de aceite de albahaca, cuya receta publicaré en otro momento. Les da un sabor increíble. En esta ocasión, se me había acabado, así que utilicé un buen aceite de oliva, que tampoco está nada mal.
Antes de pasar a la receta me parece importante resaltar que esta base puede no ser apta para todas las personas intolerantes a las levaduras. En mi caso, la cerveza no me plantea problema pero si no estáis seguros, tened cuidado.
Ingredientes:
Para la base: (para un molde de unos 29 cm de diámetro)
- 150 grs harina de espelta ecológica (integral o mitad integral, mitad blanca), más la que se vaya necesitando para amasar
- 1 “dedo” de leche de soja ecológica
- 1 “dedo” de aceite de oliva virgen extra
- 1 “dedo” de cerveza
- ½ cucharadita de bicarbonato sódico
- sal
Para la cobertura:
- un tomate fresco mediano, en rodajas finas
- 6 ó 7 champiñones, en láminas
- 2 dientes de ajo, muy picaditos
- Unas ramas de perejil, bien picado
- Un “chorrín” de vino blanco (yo he usado Ribeiro)
- Un poco de guindilla (opcional)
- Sal
- Pimienta
- 9 pimientos del Piquillo
- 5 aceitunas negras
- Orégano
- Aceite de oliva virgen extra o aceite de albahaca
Elaboración:
Precalentar el horno a 190º.
En un bol poner la harina. Hacer un hueco en el centro.
Utilizar un vaso corriente para medir los líquidos. La medida se hará colocando el dedo índice en la parte exterior del vaso, desde la base; el líquido no deberá superar el límite superior del dedo.
Añadir el aceite y la cerveza al bol.
Mezclar la sal y el bicarbonato con la leche. Si la leche está templada, reaccionará con el bicarbonato; si no, no se notará nada. Añadir al bol y mezclar todo con una cuchara de madera hasta que adquiera cuerpo.
Cuando ya se puede manejar la masa con las manos, la pasamos a una superficie enharinada y amasamos hasta obtener una masa homogénea que ha perdido el brillo que le daba el aceite y no se pega a la superficie de trabajo. Es conveniente, sin embargo, no amasar de más, pues si no la masa queda correosa y seca. Se puede utilizar inmediatamente o dejar reposar 20 minutos.
Se obtendrán resultados diferentes según se prepare la masa: con leche fría y sin reposo, resulta una masa más fina y crujiente; con leche templada y con reposo, la masa es más esponjosa. Todo depende del gusto, ya que en ambos casos es muy sabrosa.
Si dejamos reposar la masa, durante este tiempo podemos preparar los champiñones de la cobertura.
En una sartén con un poco de aceite echamos los ajos y dejamos que se hagan un poquito sin que doren. Añadimos los champiñones y dejamos que se hagan hasta que vemos que se reduce bastante su tamaño y están blanditos. Salpimentamos y añadimos el perejil (así como un poco de guindilla –con prudencia- si nos interesa darle un toque picante a la pizza). Agregamos el vino y dejamos reducir a fuego suave. Cuando se haya evaporado el líquido, estará listo.
Barnizar el molde de pizza con una capa ligera de aceite. Extender la masa con el rodillo en forma de círculo y colocar sobre el molde. Pinchar la superficie de la masa con un tenedor para evitar que hinche en el horno y hornear (sólo la base) unos 5 minutos o hasta que se vea algo doradita (esto es para que la masa no se ablande luego, al cubrirla con el tomate u otros ingredientes que puedan desprender jugo, y le dé una textura crujiente muy agradable).
Cuando esté lista, cubrir con los ingredientes preparados. Colocar las rodajas de tomate rodeando el borde exterior de la masa, salpimentar y aliñar con un “hilín” de aceite. Sobre el resto de la masa colocar los champiñones, bien escurridos, y sobre éstos los pimientos, procurando que quede un dibujo bonito, y espolvorear toda la pizza con orégano.
Hornear durante unos 15 minutos o hasta que se vea que está hecha: la base dorada y crujiente y la cobertura lista. Al final, antes de servir, colocamos las aceitunas (si lo hacemos antes de hornear, quedarán feas y arrugadas).
Si se quiere congelar la masa...
Aspecto que debe tener la masa para congelar en "bola" |
Normalmente, yo suelo doblar o triplicar las cantidades de masa para poder congelar, así siempre tengo masa lista para un imprevisto. A veces, si tengo prisa, simplemente guardo la bola de masa en una bolsa para congelar pero si tengo un poco más de tiempo, la estiro según la forma y tamaño del molde, la envuelvo en film transparente (sellando bien los bordes) y la congelo así, ya que esto me permite disponer de una base de pizza que no necesita descongelación, pues según se saca del congelador puede ir directamente al horno.
Según haga una u otra cosa, la masa debe tener distinto “punto”. Si se congela en “bola”, es mejor no amasarla hasta el final, sino dejarla ligeramente aceitosa, ya que una vez descongelada, hay que darle un pequeño amasado de nuevo y, por tanto, siempre habrá que añadirle algo más de harina. Por el contrario, si se congela con la forma definitiva, la masa ha de tener ya el punto definitivo de harina.
Esta receta ha sido elaborada sin trigo, sin lácteos y sin levaduras.
Esta receta ha sido elaborada sin trigo, sin lácteos y sin levaduras.
Hola de nuevo!He mirado en tu lista de ingredientes y no veo el pan,he entrado en pizza y he visto esta versión.Ayer mismo hice una coca de cebolla tradicional,pero la masa sólo lleva leche,aceite y harina y queda genial,a ver si la publico.
ResponderEliminar¿No haces pan entonces?!!Me interesa mucho el tema.Hablamos.Besos.
Sí, sí que hay pan... de hecho por el pan comencé este blog, ya que fue lo que más me costó conseguir y quería compartirlo con todos los que lo pudieran necesitar tanto como yo. Es la primera receta del blog, la puedes encontrar en el archivo, buscando en marzo. Otro modo es a través de la categoría "Panes" y así podrás ver otras variantes. El de semillas enriquecido está de verdadero vicio... Si quieres, puedes contactar por correo electrónico y te cuento. La verdad es que el blog está pidiendo a gritos un buscador y un índice, está claro...
ResponderEliminarSí, porfa, vueeeeeeelve y publica. :))))) Lo estoy deseando. Me encantaría probar esa pizza ;) Besos.