Hace unos días, viendo la receta de los apetitosos garbanzos con espinacas de incucinablog, me di cuenta de que hacía tiempo que no comíamos garbanzos en casa y me entró añoranza de este plato, que me gusta mucho. Así que, antes de que pasen los días fríos que nos queden –que espero no sean muchos- y el cuerpo pida platos más ligeros, me puse manos a la obra. Así es cómo los suelo preparar habitualmente.
Ingredientes: (para 2 personas)
- Tres puñados de garbanzos
- 1 hoja de laurel
- 1 cebolla, picada bien fina
- Ajo, picado fino
- 3 tomates medianos, pelados y cortados en trozos pequeños
- Una pizca de azúcar
- Sal
- Pimienta
- Un “chorrín” de vino blanco
- Perejil, picado
- Una rebanada de pan, troceada
- Aceite
- Unos 300 gr de espinacas frescas
- 1 cucharadita de pimentón dulce (sin gluten)*
* La mayoría del pimentón (dulce o picante) que se encuentra en los supermercados contiene gluten, aunque no lo suele poner en las etiquetas o envases. Sólo los de mejor calidad están libres de gluten. Conviene asegurarse bien antes de comprarlo.
Elaboración:
La noche anterior se habrán puesto en remojo los garbanzos en agua fría.
Escurrir y pasar por agua los garbanzos y poner a cocer en agua fría en la olla rápida, junto con una hoja de laurel y un poco de sal. Cuando empiece a salir el vapor por la válvula, contabilizar unos 20-25 minutos (dependiendo del tipo de garbanzo, del agua empleada, modelo de olla, etc. el tiempo de cocción puede variar, así que es conveniente comprobar el punto de cocción de los garbanzos antes de mezclar con el resto de ingredientes).
Mientras tanto, se va preparando el resto. En primer lugar, pasar la rebanada de pan por la sartén con un poco de aceite, hasta que esté doradito. Machacar en el mortero el ajo y el perejil y, cuando esté bien triturado, añadir el pan y triturar todo junto de nuevo. Reservar.
Aparte, hacer una salsa de tomate. Para ello, echar en una olla (yo he utilizado una de barro porque conserva muy bien el calor y resulta muy apropiada para este tipo de platos) un poco de aceite y rehogar la cebolla. Cuando esté blandita, se añaden los tomates, la sal, el azúcar (para contrarrestar la acidez del tomate) y se deja hacer a fuego suave durante un rato, hasta que se ve que cambia de color y el tomate se va deshaciendo. Entonces, añadir el vino blanco y dejar reducir.
Lavar las espinacas, cortar y rehogar en la sartén con un poco de aceite. Cuando se empiecen a marchitar, añadir el pimentón y rehogar un poco más, sin dejar que éste se queme, removiendo con una cuchara de madera. Reservar.
Cuando los garbanzos estén listos, escurrirlos, reservando el caldo de cocción y reservar.
Añadir el majado del mortero a la olla con la salsa de tomate y revolver bien para que se mezclen los sabores. Con el pan espesará bastante la salsa, así que habrá que ir agregando caldo de los garbanzos hasta encontrar el punto deseado. Comprobar el punto de sal y añadir los garbanzos. Dejar a fuego suave durante unos 5-10 minutos para que los garbanzos tomen sabor… ¡y ya tenemos el plato listo!
hace tiempo que vengo viendo estos garganzos con espinacas por todos lados y me llaman la atención, cuando comience a hacer frío por estas tierras seguro los prepararé. :)
ResponderEliminarMe alegra que te animes a ello, son muy sabrosos y fáciles de hacer, ya verás.
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