15 de agosto. Día de fiesta en media España. En mi pueblo también. Y, aunque este mes estoy en modo vacacional, llevo tiempo pensando en publicar algo especial para este día, algo típico de mi tierra, la venera. Es el postre que tradicionalmente se come durante las fiestas patronales. Las confiterías lo hacen todo el año, pero en las familias normalmente se suele preparar sólo en estas fechas. Así que, aunque es bastante calórico, ya se sabe, una vez al año...
Se hace a base de almendra, azúcar y huevo. He visto en internet que algunos dicen que la hay con nuez o avellana. Ni caso, eso no es venera. La venera lleva sólo almendra, ni harina ni otros frutos secos. La receta que comparto hoy es la que utilizamos en mi familia desde siempre, tal y como la he aprendido a hacer de mi madre.
Como todos los años, yo me he encargado de hacerla para la comida familiar. Me encanta. No os voy a engañar, resulta bastante laboriosa pero el proceso es muy entretenido y creativo. Si de pequeños os gustaba modelar plastilina, os encantará... ;) ... ¡y el resultado compensará con creces el tiempo invertido!
Hasta ahora siempre la había hecho con azúcar blanco pero esta vez quería ver cómo quedaba con panela, que es el azúcar que utilizo habitualmente. Tengo que decir que el resultado ha sido muy bueno, aunque para la próxima tendré que tener en cuenta una cosina que ahora os comento. La panela le ha dado un sabor increíble, mucho, mucho mejor que el azúcar blanco. Eso sí, la textura que produce en la masa es diferente, resulta más melosa y pegajosa. Esto no plantea problemas para manejar la masa y moldearla pero hay que recordarlo a la hora de calcular la cantidad de huevo: con panela se necesita menos. Como yo no lo sabía, me quedó un poco más blanda de lo normal (aunque apenas lo noté al amasar) y se me deformó un poco en el horno. Nada que no se pueda resolver con una decoración hecha con amor...
A los que no conocéis este plato, os animo sinceramente a probarlo, no por orgullo local, sino porque realmente creo que merece la pena. Yo se lo suelo llevar a los amigos de otras comunidades y aún no conozco a nadie que no le guste... Eso sí, llena mucho, así que no hagáis mucha cantidad de golpe. Una venera de 250 gr es ideal para probarla. Tomadla con un buen cafetín y luego me contáis... ;)
Para los que la conocéis o incluso estáis acostumbrados a hacerla, probad a utilizar panela, creo que no volveréis nunca más a hacer venera con azúcar blanco ;))
INGREDIENTES:
Para la masa:
- 500 gr de almendra sin tostar (molida o entera con piel*)
- 425 gr de azúcar (panela)
- 1 huevo entero
- 1 yema (puede que no toda)
Para la decoración:
- 1 clara de huevo
- 250 gr de azúcar glas (puede que no se llegue a necesitar toda)
- unas gotas de zumo de limón
- cerezas confitadas S/G (por extraño que parezca, algunas marcas llevan gluten): mejor si son rojas y verdes, para que quede más vistosa. Yo sólo tenía rojas.
ELABORACIÓN:
* Si se utiliza almendra entera y con piel, hay que escaldarla en agua hirviendo unos minutos para quitarle la piel, extenderla sobre una bandeja amplia y dejarla secar (al sol si es posible). Cuando esté seca, se muele con un molinillo de almendra o un robot. Esto significa que hay que programarse muy bien, pues habrá que hacerlo con bastante antelación para que dé tiempo a secar la almendra y elaborar el postre. Si nos queremos ahorrar todo este proceso, tendremos que comprar la almendra pelada (sin tostar) y molida.
Precalentar el horno a 180º. Yo he utilizado calor inferior y superior con turbo.
En primer lugar, se mezcla la almendra con el azúcar sobre la superficie de trabajo.
Mezcla de almendra y panela |
Se forma un volcán con la mezcla y se pone en medio el huevo. La yema restante se bate en un bol y se va añadiendo poco a poco según se va amasando hasta conseguir el punto justo en que obtenemos una masa consistente que forma una bola con facilidad. Puede que no necesitemos toda la yema o quizás tengamos que añadir algo más si los huevos son pequeños. Esta es una de las claves para conseguir una buena venera: si la masa queda demasiado blanda, se resquebrajará al cocer o se ensanchará, perdiendo la forma que le habremos dado y resultando antiestética; si queda demasiado dura, al comerla tampoco resultará agradable. Tiene que quedar consistente y conservar su forma en el horno pero ser agradable al paladar.
Tradicionalmente, la venera se hornea sobre papel de oblea (que se mantendrá al servirla en la mesa) en la bandeja del horno u otra, incluso en la misma de cartón en la que se suele servir. Sin embargo, como la oblea está elaborada con harina de trigo, nosotros tenemos que prescindir de ella, pero no es ningún problema. Como alternativa, podemos utilizar papel de horno o una bandeja de silicona. Yo he optado por ésta última.
Al utilizar panela, el color de la masa resulta morenito; si se utiliza azúcar blanco resultará dorado pálido |
Se van cogiendo porciones de la masa y con las manos se le da forma de rulo que se moldea al gusto para ir componiendo el diseño de la venera. Hay tantas posibilidades como imaginación tengamos. A mí me gusta hacerla distinta cada vez.
Venera antes de hornear |
Lo ideal es dejar la masa reposar así, con el diseño hecho, de un día para otro. Coge consistencia y queda mucho mejor después de hornearla. Yo no tenía tiempo, así que la horneé directamente.
Poner a altura media del horno y cocer sólo un poco. Hay que estar muy atentos porque se trata simplemente de que se dore un poquitín. Con azúcar blanco ha de quedar dorado pálido, con panela queda bastante más doradita. En seguida está lista. En mi caso, al utilizar panela, como se me alteró un poco el punto de la masa, la tuve 20 minutos en el horno, pero normalmente no hace falta tanto.
Venera recién horneada |
Para la decoración utilizamos glasa.
Esta se prepara así:
A mano: En un bol se pone la clara de huevo y se remueve un poco con un tenedor. Luego se añaden como unos 100 gr de azúcar glas y se remueve con el mango del tenedor para integrarlo. Se va añadiendo el azúcar poco a poco, continuando hasta que se ve que la mezcla tiene la consistencia adecuada, firme. Entonces se agregan unas gotitas de zumo de limón y se remueve de nuevo.
Con batidora de varillas: Igual pero al principio se bate la clara un poco hasta que se forme un poco de espuma. Se añaden los 100 gr de azúcar y se bate a velocidad mínima; según se va integrando el azúcar, se va añadiendo más y batiendo hasta conseguir el punto. Yo la he hecho así hoy y he necesitado 225 gr de azúcar. Esto es una pauta orientativa nada más, ya que según el tamaño de los huevos, el grado de humedad ambiente, etc se puede necesitar más o menos, es necesario ir añadiéndolo poco a poco.
Para saber si ha cogido el punto se puede probar en un plato. Se pone la glasa en una manga pastelera de boquilla muy, muy fina o, más sencillo aún, una manga desechable a la que le cortamos sólo la puntita (o una bolsa de plástico para congelar a la que le cortamos la puntita de una esquina), echamos un poco sobre el plato formando un pequeño dibujo y si se mantiene la forma, estará en su punto; si, por el contrario, se desparrama, tendremos que continuar añadiendo azúcar glas. Conviene trabajar el decorado sin entretenerse, ya que si se deja, se seca en seguida la glasa y se queda dura.
Manga pastelera desechable lista para decorar |
Se decora la venera con la glasa y las cerezas confitadas, se coloca sobre una bonita blonda en una bandeja del tamaño adecuado y se disfruta de ella en la sobremesa de una buena comida con nuestros seres queridos :)
¡Buen provecho! |
Un dulce muy bonito.
ResponderEliminarUn saludito
Gracias, Mijú, ¡y está de bueno...! ;) Besos
ResponderEliminarsera laboriosa, pero solo leer como es hecha te apetece probarla, gracias por compartir un postre tradicional con nosotros.
ResponderEliminarsaludos
Gracias a ti por tu comentario, Arham, me alegro de que te guste. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno chiquilla, este postre me ha seducido del todo!! aquì no tengo horno pero en cuanto llegue a casa lo hago y pongo a los niños manos a la obra en el diseño de la venera!!
ResponderEliminar¡Hola Inma! ¡Qué bien! Ya verás, no te va a defraudar. Si no te da tiempo a hacerla antes de que nos volvamos a ver, no te preocupes, pues tengo intención de hacer una para los compis a la vuelta de las vacaciones, coincidiendo con las fiestas del pueblo donde vivimos, así que espero que la puedas probar igual ;) Si la haces antes, léete despacio el modo de elaboración para cogerle bien el punto (cantidad de huevo y punto de horno) y que te salga perfecta. ¡Ah! Y si puedes, lánzate directamente a la versión mejorada, con panela... ;) Resulta increíble. Si, de todos modos, se te plantea alguna duda, ya sabes dónde estoy :). Besos y sigue disfrutando de las vacaciones.
ResponderEliminarYo quiero un trocito!!! Voy poniendo la cafetera al fuego y las tazas ;-)
ResponderEliminarTomo nota de tu innovación. Yo la preparo siempre con azúcar blanco.
¡Hola Raquel! Me alegra mucho verte por aquí. Fenomenal, si la venera está rica por naturaleza, compartida se disfruta aún más. La voy a volver a hacer dentro de nada, así que sólo es cuestión de organizarlo :) Porfa, cuando la hagas con panela, cuéntame qué te parece, a mí me ha encantado. Lo difícil es parar de comerla... Besos
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