Me encantan. Sencillamente, me encantan. No sé qué me gusta más: su sabor, su textura -crujiente por fuera, tierna por dentro- o su aspecto. Porque mira que son bonitas...
Vale, su nombre oficial es "Patatas Hasselback", en honor al restaurante de Estocolmo que las sirvió por primera vez, hace ya algún tiempo, pero yo prefiero llamarlas "Patatas Acordeón", que me parece mucho más gráfico y sugerente.
INGREDIENTES:
- 4 patatas medianas, de forma regular
- 1 diente de ajo, picado fino
- 2 cucharadas de aceite de oliva (virgen extra)
- 3 cucharadas de aceite de oliva (v.e.)
- 1 diente de ajo, en láminas
- 1/2 ó 1 cucharada de albahaca fresca, picada (según gusto)
- 1 sobre de azafrán
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 225º (calor inferior y superior).
Lavar y frotar a conciencia con un cepillo las patatas para eliminar todas las impurezas, ya que se comen con la piel (el contraste entre la piel crujiente y tostadita y la pulpa tierna es delicioso).
Colocar sobre una tabla de cortar y cortar en rodajas finas (de 1/2 cm) sin llegar hasta la base de la patata (parar como a 1 cm de ésta). A continuación, sumergirlas en un bol con agua fría, varios cubitos de hielo y zumo de limón, lo cual favorecerá que luego se desplieguen como un acordeón al asar.
Colocar en una fuente de horno ligeramente engrasada.
Poner dos cucharadas de aceite a calentar suavemente en un cazo y echar el ajo. Dejar que se haga muy despacio sin que dore, colar y verter sobre las patatas. Hornear hasta que estén tiernas, lo cual dependerá totalmente del tamaño. Estas tardaron unos 25-35 minutos en mi horno. Se pueden pinchar con un palillo para comprobar el punto.
Mientras tanto, preparar una infusión de albahaca y azafrán. Para ello pondremos 2 cucharadas de aceite en un cazo a calentar suavemente, añadiremos el ajo en láminas y cuando esté dorado, lo sacaremos. Añadimos entonces el azafrán (si es en hebra, tostar previamente y machacar en el mortero) y la albahaca y dejamos reposar fuera del fuego mientras se hacen las patatas.
Cuando están listas, las colocamos en una bandeja de servir, las salamos, rociamos con la infusión de albahaca y las servimos inmediatamente. Francamente deliciosas...